Paseando una tarde por mi ciudad lo encontré y me enamoré de sus ojos, sus labios, su pelo, me enamoré de él.
Otros días al pasar a la misma hora también lo veía a si que decidí pasear por esa parte de mi ciudad siempre a la misma hora para poder verlo.
Un día paseando lo vi y me quede embobada mirándolo y tan embobada estaba que me tropecé con una farola y me caí al suelo.
En seguida él se acerco y me dijo:
****: Hola soy Toni ¿estas bien?
Emi: Hola soy Emi y si estoy bien, bien avergonzada
Toni: No tengas vergüenza mujer ahora si te tengo que hacer una pregunta ¿a donde estabas mirando tan embobada?
Emi: pues...-me puse roja por que a quien miraba era a él- pues... sinceramente... te estaba mirando a ti -baje la cabza-
Toni: ¡Que casualidad! yo hacia lo mismo, y al ver que te caías vine corriendo, oye ¿te apetece tomar algo en esa cafetería de ahí?
Emi: Pues... si claro, el único problema es que no me esperaba esto a si que salí sin dinero.
Toni: No te preocupes yo invito
Emi: no por favor que vergüenza
Toni me agarró del brazo y me arrastró hasta la cafetería, nos sentamos y nos pusimos a charlar
Toni: ¿Que vas a pedir?
Emi: Nada de verdad
Toni: Vas a tener que ir acostumbrándote a que conmigo nunca pagarás
CONTINUARÁ
